La avena:
Contiene fósforo, hierro, calcio y una gran cantidad de carbohidratos, que al ser absorbidos por tu organismo se convierten en energía. ¡Por eso es ideal tomarla en el desayuno! La avena también reduce el colesterol, aporta fibra y produce una sensación de saciedad.
Los plátanos:
Aportan una enorme cantidad de potasio, que ayuda a fortalecer los músculos. Es fundamental para que el cuerpo tenga energía durante el día. De hecho, la fatiga y el cansancio se asocian casi siempre a un déficit de este compuesto. Un plátano te proporciona 23 % de potasio al día.
Frutos secos:
Son uno de los alimentos más energéticos que podemos encontrar. Aportan un alto contenido en ácidos grasos que nuestro cuerpo no puede obtener por sí mismo. Además, son antioxidantes. Incluye en tu dieta frutos secos como: El maní, nueces, almendras y avellanas. Están llenos de proteínas y energía
Chocolate negro:
Tiene menos calorías y azúcares. Además, las calorías del chocolate negro tardan más en digerirse y activan el metabolismo, por lo que podemos aprovechar toda esa energía para nuestras actividades diarias. Son fuente de fibra y nos produce sensación de bienestar, gracias al triptófano, un aminoácido esencial que el cerebro utiliza para producir serotonina, también conocida como la "hormona de la felicidad".
Alimentos ricos en proteínas:
Huevos, las carnes, yogurt y legumbres, te permiten mantenerte con energía por más horas.